49.- Los hundidos y los salvados

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(pinchando encima de la imagen se va a la WQ)

Terminamos este duro viaje por los totalitarismos en Europa con el equipo que más se ha puesto en la piel de las víctimas del horror. Siguiendo paso a paso lo que marcaba su itinerario, según el proceso de la WQ, nos han mostrado en clase a una serie de personajes sobre los que han construido una historia más o menos literaria, a partir del rastreo de biografías reales buscadas en la Red:

Antonio Pérez ha escogido la historia de un niño judío de Rumanía que tiene que huir a Perú tras vivencias muy traumáticas y duras por la represión nazi:

Por otro lado, Hanane se nos transformó en Valentina, una superviviente de un gulag soviético y nos contó detalles sobre su vida:

David prefirió transformarse en un soldado alemán de ideología nazi que viene a España durante la Guerra Civil. Terminó con una reflexión final a partir de un vídeo que levantó polémica en la clase:

A continuación, María nos sorprendió contándonos la historia real y desconocida de la esposa de Estalin:

Me llamo Nadia, me casé en 1919 con Iósif Stalin a los 17 años y él con 41 años. Tengo dos hijos: Vasili que nació en 1921 y Svetlana nacida en 1926, aunque Stalin no reconoció nunca a sus hijos.

Durante mis  años junto a Stalin, sufrí fuertes ataques de migraña, además de episodios de histeria y manía persecutoria, a causa de los celos que sufrí por las aventuras de Stalin con bellas jóvenes. Mi relación con Stalin fue de un auténtico amor-odio, siempre admiré al dictador, pero hubo episodios de auténtica violencia verbal aunque a veces física. Meses antes de noviembre de 1932, mi actitud  fue más reservada, apática, con mucha seriedad, no me encontraba bien. Con mis hijos siempre tuve una actitud de distancia, no les mostraba amor y cariño. Estoy pensando en suicidarme porque no aguanto más las violencias de Stalin.

Pero no toda la exposición de Los hundidos y los salvados acabó aquí. Terminaron con el recuerdo a un campo de concentración que está muy cerca de nosotros, a no más de 40 kilómetros de Llano de Brujas: el de Albatera – San Isidro:

Para cerrar esta entrada y como recuerdo a todas las personas que sufrieron en dicho campo, extraigo el vídeo de la anterior presentación que vimos en clase, porque, aunque sea de mala calidad tanto en imagen como en sonido, es lo suficientemente estremecedor para que no nos olvidemos de que es necesario recordar siempre nuestra historia. Será una buena manera de evitar que vuelvan a suceder hechos tan terribles:

6 comentarios en “49.- Los hundidos y los salvados

    • ¡Gracias, José Luis, por tus palabras siempre tan amables! Creo que vamos a crear un premio para nuestros comentaristas más activos y positivos ¡y tienes muchas papeletas de ganarlo! Jajaja. Un abrazote.

      • Jajaja. Pepa, créeme, os comento con el corazón pero también con la cabeza… ¡cuánto esfuerzo y creatividad hay en vuestro trabajo y qué orgullosa te sentirás de tus chic@s! Y vosotros, chic@s, no desaprovechéis una profesora como Pepa 😉

  1. Buenas, el proceso del trabajo era fácil, pero también me costó buscar los contenidos y a la hora de presentar me costó salir enfrente de todos mis compañeros y solo hice la presentación del campo de concentración de Albatera, pero el trabajo mío de la superviviente de las mujeres en un campo de concentración de Rusia lo ha leído mi profesora.

    Un saludo

  2. Con esta manera de trabajar, exponiendo, he aprendido (creo yo) demasiado bien, quizás hacer este tipo de actividades cada cierto tiempo no nos venga mal.
    En mi caso estuve nervioso, sobre todo al principio, pero después acabas un poco creyéndote profesor.
    En conclusión como os decía antes, me ha parecido una buena causa para aprender.
    Un saludo.

  3. Pues hacer el trabajo era fácil, aunque podía haber hecho mucho más de lo que hice… A la hora de presentar mi trabajo me costó mucho salir delante de mis compañeros porque soy muy vergonzosa, pero al final salí y se me quitó el miedo que ten(í)a a la exposición incluso al final disfruté al salir al exponer.

    Un saludo.

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